lunes, 30 de agosto de 2010

Carraspeo

-arrr
-arrrrr
-arrr cof cof
-arrr jschup!!

Ais, tenía que escupirlo...

En vista de la entrada tan sumamente escueta y bien pensada de antes he pensado que quizá podría escribir un poquillo más...

Algunas personas al estar felices se vuelven infantiles, el sentimiento de estar felices nos evoca los tiempos de niñez o la risa descontrolada de los niños en el caso de que nuestra niñez no haya sido demasiado divertida ni cariñosa especialmente.

Ello repercute en el estado de felicidad de las personas que rodean a aquellas que se encuentran en ese estado... Por lo menos he sabido verlo a tiempo... relativamente, ahá.

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He vuelto a pasear por mi amada Dorada, esa playita que no es más que un inmenso remanso de paz, y esta vez he ido directo al fin a la librería que llevaba tiempo llamándome a través del viento que movía las olas que rugían fuerte al hacer estremecer las rocas en las que me hallaba tumbado, observando diminutos puntos luminosos parpadeantes y no parpadeantes en el cielo.

¿Que qué libro he adquirido? Pues El diario rojo de Carlota, sólo llevo una tercera parte del libro pero ya ardo en deseos de conseguir El diario rojo de flanagan, son en realidad la misma historia con la salvedad de que en la primera es ella la protagonista y en la segunda él, de tal forma que si juntamos dichos libros obtendremos las dos versiones subjetivas de la realidad que conforman los pensamientos de ambos.

La historia en sí trata de que ambos protagonistas, cada uno por su lado y en ocasiones unidos, van descubriéndo el profundo mundo del sexo, empezando por la primera regla de ella, la primera erección de él y así hasta sus siguientes experiencias sexuales.

Sí este libro lo recibes en tus manos con 14 años es dinamita para tus hormonas. Casi seguro. xD

Aisss tantos libros acumulados, tantos por leer. Pero si uno engancha más que los otros.. qué se le va a hacer.



Por Elghor, un lector en una noche sin fin.

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