—Hemos vuelto al punto de partida,
Eric —dejó que las palabras fueran cayendo por su propio peso a medida que las
pronunciaba con una clara connotación de frustración y abatimiento.
—Ánimo profesor, ya casi lo
teníamos… —miró a los ojos claros de Charles—. Nos queda la opción de la
cápsula.
—La cápsula —repitió para sí mismo
Charles Harlan en un tono que rozaba lo inaudible—. Por lo menos ellos tendrán
los conocimientos suficientes. Habrá que dejar a un lado el egoísmo y empezar a
construir la cápsula —recapituló en voz alta para que su discípulo, Eric
Henderson, pudiera escucharle.
Millones de milenios más tarde entre
los restos fósiles de un mamut adulto se hallaba un extraño artefacto con forma
de huevo.
Diana retiró un mechón de pelo
rebelde de su cara de vuelta a su lugar detrás de la oreja y con un pincel sacó
el polvo que recubría el extraño huevo metálico. Podía leerse ahora un grabado:
“E-404” . Sin
pensárselo dos veces retiró el huevo del resto de los hallazgos y lo metió en
una caja de madera. Unos días más tarde Eric recibía la caja y, sorprendido por
su contenido, corrió a enseñarle al profesor Harlan tal descubrimiento.
Él y Charles estuvieron durante dos
meses investigando el misterioso huevo. Contenía un código con instrucciones
precisas para construir una máquina. Según las conjeturas de Charles dicha
máquina podría servir para transportar seres humanos de este tiempo a un tiempo
futuro que de otra forma jamás llegarían a ver. Viajar al pasado resultaba
imposible pero no estaba escrito que con la suficiente potencia no se pudiera
viajar al futuro. Si tenemos la energía necesaria para alcanzar la velocidad
cercana a la de la luz y localizar algún pliegue en el espacio-tiempo se podría
conseguir.
Para que su alumno lo entendiera
mejor le explicó en forma de metáfora:
—Imagina una fina hoja de papel que
denominaremos Tiempo y otra debajo de ésta que denominaremos Espacio. La
gravedad hace que el espacio se curve. Con la colisión de dos supernovas, o con
la muerte de una gran estrella se podría lograr que el espacio se replegase
sobre sí mismo debido a la potente fuerza de gravedad hasta el punto de crear
una ruptura. Cómo si dos placas de plastilina estuvieran tan juntas que se
fusionasen.
—Ah, entonces… si clavo un lápiz en
el papel denominado Espacio afectaría también al papel denominado Tiempo. ¿Es
eso?
—Ya lo vas cogiendo —-Charles sonrío.
—De tal forma —prosiguió Eric—que si
la máquina lograse entrar ahí podríamos viajar mucho más rápidamente al futuro.
—Pero no podríamos volver —le
advirtió su profesor clavando sus ojos claros sobre el inteligente joven que
tenía delante de él—. Es unidireccional.
Unos años más tarde llegaba una
carta al apartamento de John: un marine del que requerían su atención para una
última misión. John era ancho de espaldas, alto y con una mirada dura y fría.
No tenía familia, no tenía amistades. Toda su vida dedicada al servicio de la
patria. Era perfecto para esta misión. <> pensaba John mientras miraba las nubes a
través de la ventanilla del avión.
El agente al mando de la operación
E-404, Leonard, llevaba ya varios años a su espalda, visibles en las arrugas de
su cara, una tez tostada y una desagradable cicatriz en la mejilla derecha de
su rostro.
—John, Katie, Paul. Están en esta
sala porque han accedido a participar en esta misión de alto secreto —Leonard
hizo una pausa breve y tomó aire—. Ya sabéis que es probable que ninguno de los
tres regreséis con vida —realizó una pausa más y prosiguió—vuestra misión
consistirá en subir en esa nave que podéis observar a vuestra derecha y enviar
un mensaje que…
—¿Qué mensaje? —interrumpió
descaradamente John.
—Eso es información confidencial. No
os puede ser revelada, es demasiado importante. En este mecanismo al que hemos
denominado “Huevo E-404”
se esconde la información que tenéis que hacer llegar a un tiempo concreto en
un lugar concreto —miró uno por uno a los tres: el alto y fuerte John, la
atlética e inteligente Katie y el corpulento de manos grandes, Paul. Ignorantes
de que jamás iban a volver. Y prosiguió hablando—todas las instrucciones están
en la base de datos de vuestra nueva nave, tenéis 2 semanas para prepararos
desde hoy.
—Perdonad —se disculpó Leonard—se me
olvidaba, todos estáis alojados en el hotel de la calle Glasgow. Y si no hay
más dudas —efectuó una pausa—podéis retiraros.
Desde la habitación contigua Eric y
Charles miraban a través de un cristal que hacia las veces de espejo por el
otro lado de la habitación.
—No podemos permitir que esas personas
hagan esto. Es cruel —Eric se expresaba con voz temblorosa.
—Ellos son los adecuados para esta
misión. Ninguno de ellos deja nada atrás en el pasado, sólo miran hacia el
futuro. Además, si Leonard dice que debe ser así no podemos cuestionarle. Sin
él nada de nuestro trabajo habría sido posible —Charles suspiró y bajó la voz—.
Yo tampoco veo bien que tres personas pierdan sus vidas. Pero cuando lleguen a
su destino no estarán solos, tenemos ese consuelo para ellos.
—Ya… pero por lo menos podrían saber
la verdad…
—No debes interferir en esos asuntos
Eric, déjalo estar.
La conversación terminó en ese
momento; pero Eric se mostraba inquieto. Se puso a trabajar en un proyecto
personal y ambicioso para cambiar algunas cosas aunque solo viesen el resultado
los del futuro y no él.
Dos semanas más tarde, a cuarenta
minutos antes del despegue, una figura salía de la nave rápidamente y se
dirigía a los lavabos.
— ¿Dónde se habrá metido este chico?
se va a perder el gran momento que tantos años hemos estado esperando —Charles
pronunciaba en susurros esas palabras cuando...
— Profesor Charles ¿qué me he perdido?
—de pronto Eric había aparecido en la sala a 20 minutos del lanzamiento.
—Nada, estamos a punto de empezar.
¿Dónde te habías metido?
—Tuve un problemilla de última hora
que tenía que solucionar con Diana —mintió Eric—. Pero ya está todo aclarado—concluyó
con una sonrisa.
—Me alegro entonces. Vaya, te has
manchado la bata…
—Mire profesor ahí llegan los tres
tripulantes —le cortó rápidamente Eric a Charles aprovechando la ocasión de
poder desviar el rumbo que la conversación estaba tomando.
Era de noche, pero la luna devolvía
con fuerza una luz rojiza que le llegaba del sol. No le quedaban demasiados
siglos antes de que se tornase una gigante roja.
4 comentarios:
Como idea tiene potencial, pero necesita una revisión de algunos detallitos, como algo de cohesión en las escenas, es que los saltos son muy rápidos, suenan como si fueran recuerdos y no como si fuera una historia narrada.
Continúo leyendo.
Por fin leo algo de ti que nada tiene que ver con una reflexión. Voy a leer..
Espero llevarme una buena impresión, eh. (jiji)
Un saludo y Feliz Navidad :)
Ui.. lo borré sin querer sorry!
Espero que no te llevases muchas decepción... Me refiero, tengo aún que reeditarlo me he dado cuenta de muchos fallos que veo. Además no podía condensar eso en sólo 10 páginas. Así que.. cuando tenga lista la nueva edición te aviso para que leas algo en condiciones.. muhcas gracias por firmar y leerme ^_^
Gracias por leer y firmar y comentarme tan atentamente Liz ^_^
Sí, la verdad es que sólo me gusta una pequeña parte de la historia, pero me he dado cuenta de que tengo que cambiar la extensión de la misma para que todo tenga más coherencia, sea más comprensible y se pueda leer con más tranquilidad.
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