Primero sueñan con un Príncipe. Luego, según van saliendo a la calle, descubren un nuevo mundo que les hace pensar que quizás quieran más bien a un Conde, un Conde Drácula en lugar de un Príncipe encantador. Les resulta fascinante, morboso, peligroso, excitante al fin y al cabo.
No pasa demasiado tiempo y el Conde ya las ha encantado con su mágica forma de ser. Han caído: presas de sus ojos y enormemente motivadas por sus tan interesantes colmillos.
La noche no les parece peligrosa, se sienten seguras al lado de su Conde.
Pero poco después se dan cuenta de que se han quedado secas, de que han dado toda su sangre por él, y él ya no las necesita porque ya no les queda nada que le pueda interesar. Por eso este último va a buscar a otra Bella Dama. Dejando a su suerte a una joven moribunda en un mar de lágrimas.
Por pura casualidad a veces aparece un Príncipe azul de esos que creen que pueden cambiar el mundo, que van con la sonrisa en su alma, y la prudencia y el coraje necesario en cada pensamiento.
Ella lo ve, y piensa… quizás con este pueda sentirme bien de nuevo.
Pero en el fondo todos sabemos que
Así es como poco a poco el Príncipe va perdiendo su color, palideciendo, muriendo en día, convirtiéndose en vampiro debido a esa Bella Vampiresa. Cuando antes lucía un fabuloso traje azul ahora parece que su sombra tiene más color que él.
Por Elghor
1 comentario:
La gente y su obsesión por los vampiros. Como yo siempre he dicho, ejem, "más vale solo/a que con Robert Pattinson"... xD
¡Saludos! =)
Publicar un comentario