sábado, 2 de agosto de 2014

Di, buenos días, Di

Di, buenos días, Di.
Así era como empezaban mis cartas. Una graciosa propuesta que jamás llegó a término. Las cartas se escribieron, por supuesto; Pero jamás fueron enviadas y jamás recibidas. Ahora ella vuela aunque no lo crea. Salió a buscarse la vida. No sé ya nada de ella. Pero me encantaba su forma de afrontar la vida. Yo con mis teorías multiples y ella con su genuína forma de aplicar a cada momento la teoría correcta. Además sabía escribir. De hecho aún sabe. Vaya que sí. Escribe desde su centro, jugando con la rabia, aquello que le da fuerza para existir. Cruda y directa, ardiente, quemando con cada frase. Y, aún así, sin jamás acabar de consumirse. Fogosa eterna. Aprovecha para hacer Arte a partir del Odio. En lugar de quedarse atascada y sollozando en un rincón encara la vida y usa su odio para luchar por lo que ama. Porque alguien que expulsa odio en palabras es porque almacena bastante amor en su interior. Y sí, la admiro. Una personalidad tan valiente y decidida. Que no se acojona aunque tenga miedo. Que decide que quiere hacer algo y lo consigue. No es suerte, es trabajo, es constancia. Se gana cada día su pan. De vez en cuando entre sus escritos se entremezcla con autores del pasado y a veces hasta monta guiones en pensamiento paralelo.

Decidimos durante dos semanas escribir acerca de nuestras vidas. Decidimos escribir lo cotidiano, conocer nuestro día a día. Para conocernos mejor. Para comprender en qué entorno vivíamos. Para acercarnos más. Decidimos... algo que hicimos a medias. Al final pasó el tiempo. A saber dónde quedaron las cartas. Yo tengo retazos en hojas de folio, y pequeñas libretas que llevaba siempre conmigo. De hecho esa es la razón de que ahora nostálgicamente le esté escribiendo. Dudo que Di lo lea, mucha distancia, mucho espacio, y muy saturada está. Está bien el desapego. Pero de vez en cuando hay espacio para la nostalgia. En un sábado por ejemplo, aunque sea más típico de los domingos.

Quizás sea que ahora que estoy con ganas de rehacerme, quizás de hacer nuevo blog, de cerrar todo mi pasado, de hacer todo aquello que empecé y se quedó allí. Quizás ahora, por eso, recuerdo aquellas personas que me atraían por que mostraban lo que a mí me faltaba. Siempre he querido sacar a relucir ese lado de mí que en realidad nunca ha salido a la luz. Pero sé que existe. Las inquietudes están ahí. Por tanto sé que algo dentro de mí se mueve y quiere salir. Veo en ella reflejados parte de mis sueños. Y me encanta. Me encanta ver a personas consiguiendo las cosas pese a todos los que nos dicen que es muy complicado, que mejor desistamos. Parecen clichés, pero se sorprendería la gente si llega a ver cuántos clichés cumplen sin pararse siquiera a planteárselo.

Sabes? hace un rato casualmente acabo de presenciar por youtube a Glenn Hansard con Lisa Hannigan. No, no digo Damien Rice. De todas formas mencantan los 3!

-¡Di buenos días Di!
-¡Buenos días Di!

Pulp fiction también nos dejó su huella. Para qué engañarnos cuando sólo hemos hecho que ser sinceros el uno con el otro siempre.

Take Care!

Por Elghor.

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