miércoles, 30 de julio de 2014

Aquello que se quedó en anacrusa sin sentido

He conocido gente con miedo a volverse átona por dejar de seguir la tónica general; sin comprender que no estamos esclavizados a una canción, que podemos encontrar otros centros tonales en los que danzar en rededor. 
El desapego y la vacuidad son necesarios. Una fruta se asimila mejor con el estómago vacío. Y se conoce mejor a quién miras sin prejuzgar, vacío de sentimientos que estorben.
El cambio de opinión no supone perdida de personalidad sino evolución de la misma. Que podemos ser el acento prosódico que nos propongamos. Que tenemos la capacidad de dar a cada asunto la fuerza y la tonalidad que deseemos.
Sé que salen rozaduras de bailar a un son frenético y que es momento de relajar los pies para proseguir.
En fin, si ya te has hartado de tanto átono (por no decir flojo) juego de palabras, si te has cansado de esta melodía: bébete la tónica, olvida al amanecer y siente la libertad de seguir cantando sin pensar en los acordes que vibraron una madrugada.
Pues lo que ocurre en un momento dado sólo es una anacrusa. Un acto que precede a lo que está por llegar. Un compás incompleto que recibe el sentido según rellenes el resto del pentagrama.


Por Elghor, por el desapego y la música.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada cual que haga lo que quiera (siempre y cuando no atente contra los derechos de los demás). Y qué más da que lo que se haga no tenga sentido.

¡Saludos! :)

Gorgo dijo...

¡Gracias Ana! muy cierto, anacrusa con sentido o sin él, si se disfruta es lo que importa.

^_^