Cabalgando un día por Castilla la Nueva decidió que él y otros caballeros reposaran, y se despejasen unos días. Allí conoció a una bella dama.
Pasaron unos días y tuvo que marcharse, pues ya no podía permanecer más en esas tierras debido a la misión encomendada por su padre. La cual mantuvo en secreto.
Siguió pues cabalgando junto al resto hacia el norte para culminar lo que empezó en su día. Mas su corazón no le acompañó.
18 meses más tarde por fin llegó junto a su padre, y éste le regalo una armadura de oro y una espada de acero inoxidable cumpliendo así su palabra dado que el joven había terminado su secreta misión. Ahora ya era libre de hacer lo que quisiera y se había convertido además en el verdadero caballero que siempre había querido ser. Montó pues en su corcel y se dirigió a Castilla la Nueva dónde sabía que alguien aún estaba esperando su regreso.
La bella dama conoció a otros hombres, de más allá de los mares del Sur, también de la región de Noreste... y aunque había disfrutado mucho con sus presencias sabía perfectamente la dirección que marcaba su corazón.
Finalmente el apuesto caballero del Noroeste encontró sonriente a la bella dama en la misma posada que hacía tantos meses se habían visto por primera vez.
Por Elghor
No hay comentarios:
Publicar un comentario