domingo, 25 de abril de 2010

Curiosidad V

Vivimos en un mundo imaginario.

Sí, pese a toda la realidad que nos rodea y que siempre debemos tener en mente me sorprendió saber que efectivamente estamos en un lugar que una vez fue imaginado por alguien, con objetos que una vez fueron ideados por algún científico o por alguna persona con alto nivel de originalidad.

Desde pequeños tenemos esa capacidad de imaginar qué sucedería si ocurre una cosa u otra. Es decir, podemos visualizar los diferentes contrafactuales que existen, mientras que al final sólo ocurrirá uno de ellos, será pues el factual en el que vivamos.

Y mi pregunta viene ahora... Si imaginamos una forma para estar más felices con aquello que hagamos/propongamos ¿Se hará realidad también?


Fuente: Eduard Punset.
Elaboración alterada: Elghor.

Curiosidad IV

Ante el empacho de realidad nuestra mente se detiene en seco.

Demasiadas preocupaciones, demasaidos malestares, demasiadas muertes, decepciones, catástrofes, incongruencias, pesares, maltratos, lágrimas, abandonos, soledad, enfermedades descontroladas, rumores, violencia,stress...

Ante todo ello, no es tanto mirar hacia otro lado como relajar la mente de vez en cuando. Una lectura que no tenga nada que ver con lo que estamos viviendo podría ayudar a despreocuparnos unos minutos de todo lo que nos rodea...para después poder hacerle frente de mucha mejor manera.

Aquella persona que siempre está corriendo sin descanso acaba teniendo las rodillas doloridas, aquella persona que siempre está haciendo el mismo trabajo sin parar acaba por desquiciarse y por consiguiente bajar su rendimiento. Así mismo aquella persona que siempre está preocupada por todo lo que le rodea acaba siendo una víctima más dentro de su propia mente y con esto sólo consigue alejarse de la realidad, dar palos de ciego y al fin y al cabo perderse a sí misma.

Volviendo al tema de la lectura, por supuesto que si empezasemos a leer un libro de fantasía nos cansariamos de él en seguida. Somos demasiado lógicos, con demasiadas preocupaciones como para crearnos un mundo imaginario aparte dónde todo sea maravilloso. Nuestra mente automáticamente lo rechazaría. Para desconectar en determinados momentos de la realidad necesitamos ir paso a paso.
Por ejemplo un libro de ciencia ficción podría ser lo acertado. Pues en la ciencia ficción todo lo que ocurre es completamente lógico, sin embargo todo esta creado sobre una base hipótética y falsa.

Después de haber razonado esas inquietudes que en los libros se nos presentan quizá estamos más preparados para atacar a la realidad que nos rodea, aceptándola o luchándo por cambiar algo de ella.

Fuente:Redes para la ciencia, la revista; El guerrero de la luz de Paulo coelho.
Intento de retransmisión de esa fusión de ideas: Elghor

Curiosidad III

Realizar ejercicio aeróbico no sólo consigue que el corazón bombee durante más tiempo de tu vida sino que además el movimiento de neuronas se incrementa estableciendo así muchas más conexiones neuronales. Pensar mejor, con más dinamismo y menos espesor.

Tener las ideas claras es importante en esta vida...

Fuente: Redes para la ciencia, la revista.
Resumen semiadaptado muy simplificado y poco elaborado: Elghor.

Curiosidad II

"Nuestro organismo no está hecho para ser feliz sino para buscar la felicidad" -Laura Carrau

En el fondo opino que podemos ser felices con el mero hecho de buscar la felicidad. Tanto es así que es bien sabido que obtener el premio merecido como un 10, o una medalla de oro es tan sólo un paso para lo que viene después, siempre aspirando a más. El inconformista vive feliz dentro de su tristeza por no obtener lo que desea en el momento que lo exige.

De paso me gustaría intercalar esta "noticia" con otra de igual importancia, los objetivos citados anteriormente son frutos de una constancia y una voluntad que requieren de gran parte de nuestra atención, a la que nos descuidamos nos vemos vagueando o comiendo algún dulce, (como contraejemplo de los objetivos), y esto es por que en nosotros prima esa felicidad primitiva a la par que efímera ya tan conocida como son "los antojos".

Pese a todo el razonamiento que podamos compilar en nuestra mente seguimos siendo esclavos de los génes primitivos de nuestros antepasados y la tentación está mucho más cerca que los objetivos a largo plazo. Propongo pues, siguiendo los consejos de Laura, idear maneras de sortear esa necesidad de abarcar los vicios por los cuales al final somos deborados.

Fuente: Redes para la ciencia, la revista
Intento de resumen: Elghor

sábado, 24 de abril de 2010

Tenía que decirtelo

Hoy me he encontrado contigo en sueños porque tal era mi deseo que tenía de verte.

Tan solo quería verte para decirte que no quiero nada de ti. Tú me habías besado, yo te había apartado. No puedo hacerlo, no confío en ti ¿No lo entiendes?

Pero sé que sólo es un sueño, sé que no sabes nada de lo que te dije en el sueño porque en verdad tu no estabas allí, solo estaba mi subconsciente dialogando conmigo, haciendo realidad uno de mis sueños, sólo por complacerme, para verme feliz. De todas formas gracias a ese sueño, he descubierto que me puedo negar a ti, que me puedo enfrentar a la situación de verte y no echar a correr para no sentir.

Por que siempre quiero ir de frente, porque no dejo que mis sentimientos me acorralen y me encierren, porque me voy conociendo cada día más.



Por Elghor, el mediador entre los sentimientos y la razón.

El desierto

“Eres el amigo que siempre quise tener, no te olvidaré” Palabras que vienen un momento de tu vida y luego se van para volver a ser repetidas a otra persona en otras circunstancias.

Un día soñé con ella. Estaba en un palco que daba a la calle, lucía un precioso vestido; Unos metros más abajo estaba yo tranquilamente paseando hasta que de pronto alcé la vista y ahí estaba ella. No sonreía, no había cariño en su mirada. Tampoco yo lo hacía, comprendí que entre su mirada y la mía había una extraña sensación de indiferencia. Y así, con caras de póker, cada uno siguió por su lado…

Al día siguiente ahí estaba ella de nuevo, esta vez sentada en un banco, pálida, sin sonrisa. Poco a poco, mi sueño o más bien pesadilla se fue haciendo realidad delante de mis ojos.
“¿Qué tal te lo has pasado en el campamento?”
“…”
“Qué callada estás, va venga dime ¿Con cuántos te has liado?”
-Una sonrisa tímida se dibujo en su cara-“Sólo con uno”
-“Sólo con uno”-repetí suavemente…
-“¿Ya lo sabías?”
-“Se te notaba en la mirada, era sólo un presentimiento que tenía que ver por mí mismo…”
-“oh…”
-“Bueno, tranquila, nos dejamos de hablar una temporada y para septiembre o así, una vez que hayan pasado unos…”
-“No… no merezco que me vuelvas a hablar, no deberíamos volver a hablar más, deberías odiarme, ¿por qué no me gritas?”
-“¿De qué serviría?¿Acaso gritando, cabreándome o llorando voy a conseguir algo?”
-“…, bueno pues… ¡Adios!”
-“…”

Tras ése momento cómo atizado por un fuerte viento me vi arrastrado hasta un arduo desierto. Poco a poco comprendí que mi mundo tal y como lo conocía había acabado por derrumbarse y ahora sólo podía ver dunas a mi alrededor.
Al principio me dije, bueno pues habrá que empezar una nueva vida, tendré que caminar por estas arenas a ver a dónde me llevan, es el destino que me ha tocado en base a lo que un día elegí. Sabía que está situación podía pasar y mi sueño así me lo vaticinó.

Tras unos días caminando me empecé a encontrar mucho más débil, el calor del sol golpeaba mi cabeza haciéndome delirar en algunos momentos, luego el frío de la noche iba cortando mis labios e impidiéndome avanzar por aquel desierto, obligándome a esperar a la luz del sol.

De vez en cuando encontraba alguna planta de la que al arrancarla encontraba un brote de agua, pero pronto se acababa y tenía que partir hacia el horizonte.

Poco a poco los espejismos fueron tomando forma en mi mente hasta hacerme ver de una realidad cristalina algo que en realidad apenas se parecía a la realidad, y entonces pensaba: “Céntrate, esa chica no es ella, sólo es una que pasaba por ahí, ese coche no es el de su padre es sólo un todoterreno más, esa voz no es la suya…”

La sed en mí aumentaba cada día que pasaba, estaba más y más débil. De pronto en un atardecer sin darme cuenta me topé con un pozo. Fui a beber agua y justo en ése momento a mi lado apareciose una antigua amistad, y poco a poco vinieron unas pocas más, todas las había perdido recientemente, antes del incidente que me llevo a ese desierto. Les sonreí y así ellas me devolvieron la sonrisa, todo iba bien. -“¡qué curioso!” pensé. Cómo si de un segundo plano se tratase entre esas amistades se encontraba ella, la chica del incidente, pero seguía sin sonreír seguía pálida, y ahora aparecía con la misma mirada que en mi sueño, con la misma cara de póker. De pronto me di cuenta, empecé a toser y a toser y cuando me quise dar cuenta todo aquello se había desvanecido, yo me hallaba en el suelo de la calle mientras unos amigos míos decían que me levantase que tenía que irme para casa. Yo seguí tosiendo y vomitando…

Al tumbarme en mi cama no pude evitar abrazar la almohada y con ello evocar en mi mente el abrazo que ella me había dado con tanta intensidad cierto día al finalizar una sesión de pasión, así como el último pico que me dio antes de irse a su campamento.

Por primera vez en mucho tiempo había vuelto a humedecer la almohada…

No estaba todo perdido, tenía tiempo, mucho tiempo, tenía que volver a vivir, no podía seguir quedándome como estaba. Y la verdad que desde aquella noche eché de patadas su imagen de mi cabeza y decidí centrarme en mí. De vez en cuando soñaba con el desierto, pero eso era solamente porque aún no había superado mi problema.

Hoy, muchos meses después me soy consciente de que si he decidido negarme a las relaciones es por miedo. Para variar. Es cierto que he mejorado mucho desde entonces de hecho sigo viviendo para mí, de forma completamente egoísta. Aunque no puedo evitarlo, está en mi naturaleza ayudar a quiénes me rodean pues los pocos que quedaron junto a mi fueron quienes me ayudaron de verdad a salir de aquel arduo desierto.

A veces vuelvo… vuelvo a aquél desierto y miro con atención cómo me comportaba, miró con expectación los espejismos que me hacían sucumbir y me doy cuenta de lo que me he fortalecido desde entonces. De vez en cuando me paseo por ese desierto para obligarme a recordar, recordar sin dolor y eliminar así los sentimientos negativos que ese desierto me traía y encontrar de esta manera lo bueno y único que posee cada situación.

Cada vez estoy más preparado, más abierto a experimentar de nuevo esa “exaltación de la amistad”, más sé que con ella no llegué apenas a rozarla, y eso es lo que me da más miedo. ¿Si algún día me enamorase de verdad, con qué clase de mortal desierto me cruzaría?
Pero luego pienso: “Todo lo he ido superando, y con cada paso que daba aprendía una lección más, sólo tengo que recordar quién soy, pensar en qué debo hacer y procurar no perder mis objetivos de felicidad, sólo así con esperanza en mí mismo sé que puedo superar la sed que puede provocar estar en esos desiertos".




Por Elghor, por un recuerdo sin dolor.

sábado, 10 de abril de 2010

Curiosidad I

Lavarse los dientes 3 veces al día implica sonreír un mínimo de 15 minutos al día.

Al sonreír se puede inducir un leve estado de felicidad.

El cuerpo reacciona ante las emociones. Si estamos felices sonreimos. Así pues hay teorías que afirman que si sonreímos el cerebro recuerda ese gesto como un ademan que sirve para expresar felicidad. De esta manera las emociones reaccionan ante nuestro cuerpo. La felicidad momentánea que es la base para vivir feliz está a unas sonrisas de 15 minutos al día.

Fuente: Eduard Punset
Adaptación cutre: Elghor.

jueves, 1 de abril de 2010

Otra de: Príncipes, Princesas, el Ayer y la Noche.

Es curioso, parece un mito de hecho, pero a veces las vampiresas pueden retornar a su forma humana de forma permanente. En mi cuento ellas pueden volver a ser quienes eran. Pueden recuperarse, por decirlo de alguna forma.

Puede parecer idílico, utópico, de ilusos, et alía. No obstante a veces me gusta creer que es posible.

Para ello basta con que ella de verdad quiera volver a los tiempos en los que estaba viva de verdad. Es duro, necesita cada poco tiempo recordarse a sí misma quién era, recordar cómo era cuando todavía podía respirar profundamente, cuando podía mirarse al espejo; porque… en mi cuento una cosa está clara: los vampiros y vampiresas no pueden mirarse al espejo dado tienen miedo de encontrarse con un reflejo que no desean, tienen miedo de ver la verdad de lo que son. Es mejor creer que no tienen reflejo; O eso piensan, al principio.

Hace falta realmente más valor para “desvampirizarse” que para dejarse llevar por la noche…

Sorprendentemente cuando alguien trata de volver a segregar sangre por sus venas se da cuenta de que está tratando de cambiar unos hábitos que por costumbre lleva haciendo durante años, y no sabe cómo rellenar los huecos que le quedan ahora si no se dedica a drenar la vida de otras personas. Porque sencillamente apenas recuerda algo de su vida pasada.

A veces recordar duele, duele porque hay tendencia a compararlo con el presente, y luego te fijas en el futuro y tienes miedo de hasta dónde puedes llegar por ése camino que en su día erróneamente escogiste.

Y la clave está en perder el miedo a las estacas. Esas que tememos desde el día en que nos encadenamos a la sed de sangre. Entender porqué están ahí, cual fue su función y cual la actual. Quizás sean sólo prisiones que no necesitamos ya. Quizás sean complejos que deben desaparecer, quizás sean sentimientos ocultos que deben dejarse ver a la luz del sol. Conocerse a uno mismo es conocer tus pensamientos, sentimientos e instintos o al menos saber más o menos sobre qué valores te riges y qué leyes de moralidad tienes por referencia.

Quizás una amistad de aquellas personas que ven el sol pueda ser útil y hacer de espejo para saber por dónde van los haces de luz…

Estoy convencido de que con constancia y fe en uno mismo el príncipe desteñido puede volver a lucir su azul, la princesa a su rosa (o negro) si lo desea, y la otra raza puede hacer “reaparecer” su reflejo.

En mi cuento se puede volver a ser quién eras e incluso de forma mejorada.



Por Elghor